miércoles, 1 de agosto de 2012

Prosa poética  

Para morir en Veracruz 

 En tu delicada piel se deslizan mis imaginarios dedos, más tu figura huye dejando vacío mi otoño. Todo lo que concibo en ti se desvanece cuando se presenta el Tiempo. Tu viaje a Veracruz me hace morir en el puerto que inventé al desear tenerte. ¿Por qué no desnudas la daga que corte mi pensamiento? En cualquier instante derramaré la sangre, dejaré esparcidos mis sueños en el momento sutil en que digas: no esperes.

  Florentina 

 Las edades dispares se sientan a dialogar como iguales y preguntan: ¿Qué de especial pueden dejar tres días? ¿Qué sentimientos puede despertar una nube al sol? ¿Qué puede ofrecer el otoño a la primavera? Suspiros y ternura ante el ímpetu de lo jovial. Deslizándose por el mar, la gran tortuga nos lleva en su caparazón, y al pasar por debajo del doble arcoiris, se sumerge haciendo que el agua salada nos cubra el cuerpo mientras nos aferramos a las ilusiones. El agua agitada se enturbia, pero de inmediato se aclara porque tú sonríes y tu pícara expresión me reconforta. Breve como el paso de una mariposa fue tu presencia en mi vida, como un instante, un sueño intenso, bello, fugaz. Encuentro fortuito de tesoros que a destiempo desentonan a pesar de armonizar. Fuiste esperanza que murió aún antes de nacer, sentimientos reprimidos para no sufrir. Sin tocarte goce de ti, mujer de mar, mujer de selva, ciclo completo de naturaleza. Andas por el mundo como el viento, rozando los labios y abriendo corazones. Los viñedos te reclaman igual que mis pasiones y tus raíces florentinas te llevan de mi tiempo. Eres la crecida ola que acaricia mi deseo, arraigas en mi tierra, en mis pensamientos, la magia de convertir un sueño en realidad; eres ilusión anhelada convertida en mujer. Junto a ti, mi larga vida se hizo corta; en tu mirada encontré el reflejo de la ternura, el soleado amanecer de mi atardecer. Ahora, tu breve compañía resaltó mi soledad cuando partiste. 

  Sin renuncia 

 Si fuéramos afines, aliviaría nuestra relación; pero te advierto, vamos a ser adversarios aún cuando pose mi mano sobre la tuya. Mi calvario lo acogí al aceptar amar sin renunciar al tiempo y no acepto dejar de lado mi pasión por tu cobardía. Te abrazaré con ternura, con delirio, fundiendo tu temor en mí arrojo para redimir venturosos el amor. 

  Carta a la señora 

 Usted que tiene mi edad, que sabe del pasado y vivió tanto como yo. Usted que sabe de amores y quebrantos, no se sorprenda señora porque yo la ame. Usted como yo, lo ha sentido, se ha entregado con emoción en la piel; como yo, pensó que no estaba bien lo sucedido, pero comprenda señora, probó lo mismo que yo. Sabe de quimeras y pasión. Si el amor llegó a destiempo, no tengo yo la culpa, Si es joven, bella y comprensiva, no se sorprenda señora, si por eso amo la vida, si por eso amo a su hija.

  Sueño 

 La llegada del tren de la vida a Veracruz me mostró tu amistad. Desde entonces soy un loco, que al conocerte, la esperanza trajo a mí remanso de paz en medio de la edad. Por las noches, cuando sueño, te veo a mi lado caminar frente a los portales y mirar la catedral. Sonrío por saber que un ángel se salió del recinto de Dios para pasear conmigo. Es verdad que la ensoñación revierte el tiempo y desborda la alegría, mantiene el espíritu en vela para esperar las primeras olas, y en ellas, ver tu fresca sonrisa como recuerdo del vaivén del mar, que llega, se va y siempre está. En mi fantasía, anhelo pasear envuelto en ilusiones, remontarnos por verdes mares y anclar en la isla de la esperanza para ver a las edades en pareja gozar sin desacuerdo. Al atardecer, bañados de azul, arribar al muelle de la quimera donde siempre nos espera nuestra banca; desde ahí, avizorar los barcos partir y soltar amarras al amor. 

  Transparente 

 Sentada en su blanca silla levanta sus largas piernas y las coloca en la pequeña barda. Delicada mantiene la plática de sus recuerdos, mira el cielo despejado con nostalgia que la invita a su niñez. Sus blancos pies descalzos recuerdan la textura de la tierra que pisaron. Lenta se incorpora. Participa ligera las emociones que retoma de sus añoranzas. Su delgado cuerpo denota su no remota niñez, sus caderas curveadas hacen soñar con el acercamiento. Su vestido entallado en la cintura suelta los hilos hacia abajo, descubriendo sus formas gracias a la luz que permite la trasparencia de su lienzo. La fina apariencia de sus formas se manifiesta con alegría desenfadada en la proyección de la tela luminosa; el complemento armonioso de su cuerpo lo inducen los rayos del sol del atardecer. Que sutil llamado a la contemplación religiosa de la naturaleza. Qué éxtasis conectado a la divinidad, tierno recorrido fulgurante de la redención.

  Triangulo 

 Obtener la confrontación entre tu vida y la mía podría derivar en la experiencia de mis sensaciones derramadas en tu cuerpo y los sentimientos desplegados en mi alma. Cualquier circunstancia que provoque el roce de tu piel con mi epidermis, representará la veneración de tu ser en mi existencia. ¿Estás dispuesta a lo desconocido? ¿Serías capaz de la aventura? ¿Arriesgarías la comodidad por el desafío de consentir tu pasión? ¿Soltarías tus manos para acariciar otro cuerpo del que te reclama? Saturar la visión es constante en mi camino, ¿Dejarás reposar mi vista en tu figura? ¿Mantendrás la conjugación de dos almas desconocidas que se encuentran en el vértice del triángulo de tu vida? 

  Sirena 

 Surges desde las profundidades e idealizo tu figura en la superficie del mar; eres misteriosa dando esperanza, por eso lanzo pétalos de rosas, ilusionado en crear nudos de sangre, confiado en retenerte. El agua distorsiona la imagen y no sé si te atrapo con la red que lanzo. Veo algunos nudos sangrando que son los que te tocaron. La imagen borrosa me impide saber cuánto es de realidad y cuánto de ilusión. Crédulo me aferro a los nudos que cambian de color e intuyo que te impregnaron de mí. Pretendo que esos te protejan para que otros no te hieran o te puedan sacar del mar. 

  Un beso 

 Un beso envuelve todo. Como luz fulgurante atraviesa el profundo canal, ahí proyecta las sombras de la pasión en el horizonte que semeja la apacible laguna del amor. 

  Amanecer En el momento que salga la luz que duerme en lo interior, en el instante que roce tu húmeda piel, fragante terciopelo, cuando la brisa empuje a reclinarme en aquella lisura, cuando sienta el golpe de los nervios, desbordaré dentro de ti el levante de mi nuevo y pleno día para amanecer contigo.

  Atardecer 

 En la playa, las parejas caminan sobre el agua que acaricia sus pies. Es el atardecer de este día junto al mar. Temprana la luna, aparece con claridad rosada cuando todavía no termina su labor el sol.

  Soledad 

 Acompañando mi muda soledad, el espejo marino mostró la tenue luz de Selene en la quietud de las rocas y en el meneo del mar. El profundo azul del horizonte cortó mis pensamientos que te buscaban, y las estrellas murmuraban tu ausencia cuando las nubes apagaron la luna. Entonces, los sonidos de tus palabras fluyeron en los pasadizos de mi caverna, llevando por los aires las gaviotas de tu libertad.

  Conquista 

 Pondré mi bandera en alguna región de tu cuerpo para reclamarlo como mío. Haré atalayas que cuiden los caminos para impedir el paso a los intrusos. Descubriré palmo a palmo cada valle, cada llanura o cada montaña y lo iré colonizando. Cruzaré con caravanas de caricias hasta ascender a tus colinas; ahí daré libertad al ganado para pastar. Descenderé hasta el pozo de tu centro, franquearé tu laguna para talar los bosques de tus muslos y con su madera construir nuestra morada. En tu suelo virgen usaré nuevas técnicas para aprovechar su fertilidad. Una vez ya todo el territorio poblado, habiéndome agotado, recobraré mis fuerzas y nuevamente te conquistaré. 

  Sin preguntas 

Mira el futuro sin empañar el presente, piensa que solo tú vives en mí ser, fueron tus palabras. Haré lo necesario para no perderte, repetiste. Me alegro de amarte sin respuestas, sentenciaste. Ahora que estoy sin ti; me alegro de amarte sin preguntas. 

  Mar III 

 Vengo al mar, mar de recurrencias, movimientos, regresos, nostalgias, recuerdos. Mar, siempre el mar. Mar que confortas con el inquieto ondular de tus olas. En el mar no sólo hay constante venir, constante llegar, también el mar choca contra las rocas una y otra y otra y mil veces más sin regresar. Y vuelvo al mar, lo miro sin perderlo de vista. Pasan ante mí las olas tras olas, más olas seguidas de olas. Es movimiento constante, constante movimiento. El viento empuja el oleaje y este se desliza dejándose llevar. Las rocas enfrentan el oleaje, el oleaje se enfrenta a las rocas y el agua llega y llega, el agua se mueve, se mueve, se mueve constante el agua. Confrontación de géneros, líquido que baña lo sólido y resbala, resbala y les va la ola. 

  Olvido 

 Todo se le olvidaba. Cuando llegó la muerte por él, se le olvidó morir y la muerte se quedó esperando. 

  Cuesta abajo 

 “Todo mal viene con alas y huye cojeando.” Voltaire, Francois-Marie Arouet 

 En un elevado paraje de la montaña, desde donde se contempla el paisaje de valles y cañadas, nació una rosa negra. Mientras la Rosa crecía, un cuervo se enamoró de ella. La envolvía con sus alas cuando llovía; cuando hacía calor le daba sombra. Remontarle inseparable era su pasión. Sin embargo, el amor sin género despertó envidia, sobre todo de otras aves. Un día soleado, atrás la tormenta del día anterior, el Cuervo, volando alrededor de la Flor, daba sus mejores volteretas. Tan alegre, que tarde advirtió cuando un buitre bajó donde su Flor y la agarró. El Cuervo lo atacó; fue una feroz pelea, agudos graznidos se oían por doquier. Después de poco tiempo, entre una nube de polvo, el Buitre trató de asirse al viento, pero no logró elevar su pesado y herido cuerpo. Cojeando cuesta abajo, dejó destruida la Rosa y muerto al Cuervo. 

  Valor 

 De pronto cayó la oscura humedad. Mi retina se nubló y al no poder distinguir las formas desesperé. No sabía que camino tomar. Sin embargo, en mí brotó cierta dosis de confianza, dejé que mi experiencia marcara el rumbo, era el momento. Tomé valor y accioné el limpiaparabrisas.

GuiaBlog

certificado por
GuiaBlog
autos usados